Yo sÉ un himno gigante y extraÑo Que anuncia en la noche del alma una aurora, Y estas pÁginas son de ese himno Cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirle,[2] del hombre Domando el rebelde, mezquino idioma, Con palabras que fuesen Á un tiempo Suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar; que no hay cifra Capaz de encerrarlo, y apenas oh hermosa! Si, teniendo en mis manos las tuyas, Pudiera, al oirlo, cantÁrtelo Á solas.
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