EL OMBÚ Marcos Sastre

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Una Vista de la Pampa Fraser, The Amazing Argentine

Una Vista de la Pampa
(Fraser, The Amazing Argentine)

El ombÚ es el Único objeto que se eleva sobre la dilatada pampa, destruyendo la monotonÍa de ese ocÉano de verdura. Sus abultadas raÍces que se levantan en una enorme masa cÓnica, base de un tronco, imitan las rocas, simulando en los huecos de su seno sombrÍas cavernas que pueden servir de cÓmoda habitaciÓn en el desierto. Casi siempre su presencia indica desde muy lejos la morada humana al caminante extraviado, que apresura hacia Él sus pasos para gozar el seguro reposo del rancho hospitalario de nuestros campos.


Un OmbÚ Karsten und Schenck, Vegetationsbilder

Un OmbÚ
(Karsten und Schenck, Vegetationsbilder)

En las dilatadas llanuras sin camino, el ombÚ es el norte del viajero, y levantÁndose sobre la planicie de las costas del Plata, en forma de colinas invariables como las montaÑas, es el guÍa seguro del navegante para tomar el puerto, evitando los bajÍos peligrosos.

Uno de los caracteres distintivos del ombÚ es su longevidad dilatada, condiciÓn requerida en un ser que con dificultad se reproduce. No se conoce el tÉrmino de su vida, nadie ha visto hasta ahora un ombÚ seco de vejez, no hay tradiciÓn que recuerde la edad juvenil de algunos. Por las[294] enormes dimensiones de muchos de ellos con treinta varas de circunferencia en su monstruosa raÍz, y diez en su tronco, puede juzgarse que tienen miles de aÑos de existencia....

AdemÁs de su extraordinaria longevidad, tiene el ombÚ tal fortaleza, que no hay huracÁn que lo derribe, y es su vitalidad tan prodigiosa que ni la sequedad ni el fuego tienen poder para destruirlo. Si por acaso algÚn violento torbellino llega a destrozar su copa, muy pronto se rehace con asombroso vigor y lozanÍa....

Él ha resistido las sequÍas destructoras que, de tiempo en tiempo, han asolado las campiÑas....

El ombÚ prospera en los lugares mÁs Áridos y en toda clase de terrenos, con tal que no tenga una humedad excesiva. SÓlo se multiplica por la semilla, y es preciso, mientras es pequeÑo, ponerlo a cubierto de las heladas. TrasplantÁndolo joven, no requiere ya ningÚn otro cuidado, ni el de riego, y a los cuatro o cinco aÑos es un Árbol frondoso.

No hay Árbol como el ombÚ para formar umbrosas alamedas y avenidas arboladas. La naturaleza de nuestro clima, madrastra de los[295] Árboles exÓticos, parece que les niega el sustento; exigen la solicitud y constante atenciÓn del hombre. El ombÚ, su hijo predilecto, prospera admirablemente sin necesidad de sus cuidados. Y, ¿cuÁl es el Árbol de otros climas, que aventaja a nuestro ombÚ en frondosidad, majestad, hermosura? Bien puede herir su copa un sol abrasador, bien puede faltarle el refrigerio de los rocÍos y el alimento de las lluvias, no por eso darÁ paso a un solo rayo del astro, ni soltarÁ a una sola de sus hojas; mientras que los demÁs Árboles languidecen, se agosta su follaje y ralea su sombra[296] en la estaciÓn de los calores.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                           

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