ANTOLOGIA CASTELLANA AnOnimo (Thirteenth century) AVENTURA AMOROSA Qui triste tiene su coraaeOn Benga oyr esta razOn; OdrA razOn acabada, Feyta d'amor e bien rymada. Un escolar la rrimO 5 Que siempre duenas amO, Mas siempre ovo cryanaea En Alemania y en Franaeia, MorO mucho en LombardIa Por aprender cortesIa. 10 En el mes d'abril, despues yantar, Estava so un olivar; Entre aeimas d'un manaeanar Un vaso de plata vI estar, Pleno era d'un claro vino 15 Que era vermeio e fino, Cubierto era de tal mesura No lo tocas' la calentura. Una duena lo y ovo puesto Que era senora del huerto, 20 Que, quan su amigo viniesse, D'aquel vino A bever le diesse. Qui de tal vino oviesse En la manana quan comiesse E d'ello oviesse cada dIa, 25 4 Nunca mAs enfermarYa. Arriba del manaeanar Otro vaso vI estar, Pleno era d'un agua fryda Que en el manaeanar se naaeIa. 5 Beviera d'ela de grado, Mas ovi miedo que era encantado. Sobre un prado pus mi tiesta Que non fiziese mal la siesta; PartI de mI las vestiduras 10 Que non fizies mal la calentura. PleguE A una fuente perenal, Nunca omne que viese tall: Tan grant virtud en si avIa Que de la frydor que d'i yxIa 15 .C. pasadas A derredor Non sintrYades la calor. Todas yervas que bien olIen La fuent aeerca sI las tenIe. Y es la salvia, y sson las rrosas, 20 Y el lirio e las violas; Otras tantas yervas i avIa Que sol nombrar no las sabrIa, Mas ell olor que d'i yxIa A omne muerto rressuaeetarYa. 25 Prys del agua un bocado E fuy todo esfryado; En mi mano prys una flor, Sabet non toda la peyor, E quis cantar de fin amor; 30 Mas vI venir una doncela, Pues naaeI non vI tan bella. Blanca era e bermeia, Cabelos cortos sobre ll'oreia, 5 Frente blanca e loaeana, Cara fresca como manaeana, Naryz egual e dereyta, Nunca viestes tan bien feyta, Oios negros e rridientes, 5 Boca A rrazOn e blancos dientes, Labros vermeios non muy delgados, Por verdat bien mesurados; Por la aeentura delgada, Bien estante e mesurada. 10 El manto e su brial De xamet era que non d'al; Un sombrero tien en la tiesta Que no fiziese mal la siesta; Unas luvas tien en la mano, 15 Sabet no ielas diO vilano. De las flores viene tomando, En alta voz d'amor cantando, E deaeia: «Ay, meu amigo, Si me verE yamAs contigo! 20 A oy et sempre amarE Quanto que biva serE. Porque eres escolar, Quisquiere te devrIa mAs amar. Nunqua odI de homne deaeir 25 Que tanta bona manera ovo en sI; MAs amarIa contigo estar Que toda Espana mandar; Mas d'una cosa so cuitada, He miedo de seder enganada, 30 Que dizen que otra duena, Cortesa e bela e bona, Te quiere tan gran bien, Por ti pierde su sen, 6 E por eso he pavor Que A esa quieras maior; Mas s'io te vies una vegada, A plan me querrYes por amada.» Quant la mIa senor esto dizIa, 5 Sabet A mI non vidIa; Pero sE que non me conoaeIa, Que de mI non foyrYa. Yo non fiz aquI como vilano; LevEm e prisla por la mano. 10 Junniemos amos em par E posamos so ell olivar, Dixle yo: «¿Dezit, la mIa senor, Si supiestes nunca d'amor?» Diz ella: «A plan con grant amor ando, 15 Mas non connozco mi amado; Pero dizem un su mesaiero Qu'es clerygo e non cavalero, Sabe muito de trobar, De leyer e de cantar; 20 Dizem que es de buena yente, Mancebo barva punniente.» --«Por Dios, que digades, la mIa senor, Que donas tenedes de la su amor?» --«Estas luvas y es capiello, 25 Es coral y est aniello EnbiO A mI es meu amigo, Que, por la su amor trayo conmigo.» Yo connocI luego las alfajas Que yo ielas avIa embiadas. 30 Ela connociO una mi aeinta man A mano, Qu'ela la fiziera con la su mano. ToliOs el manto de los ombros, BesOme la boca e por los oios, 7 Tan gran sabor de mi avIa, Sol fablar non me podIa. «Dios senor, seyas loado, Quant conozco meu amigo.» Una grant pieaea alI estando, 5 De nuestro amor ementando, Elam dixo: «El mIo senor, Oram serYa de tornar, Si A vos non fuese en pesar.» Yol dix: «Yt, la mIa senor, 10 Pues que yr queredes, Mas de mi amor pensat, fe que devedes.» Elam dixo: «Bien seguro seyt de mi amor, No vos camiarE por un emperador.» La mIa senor se va privado, 15 Dexa A mI desconortado. Queque la vI fuera del uerto, Por poco non fuy muerto. Por verdat quisieram adormir, Mas una palomila vI, 20 Tan blanca era como la nieve del puerto, Volando viene por medio del uerto. En la fuente quiso entrar, Mas cuando A mI vido estar, Entros en la del malgranar. 25 Un vaso avI' alI dorado Tray al pie atado. En la fuent quiso entrar, Quando A mI vido estar en el malgranar. Quando en el vaso fuE entrada, 30 E fuE toda bien esfryada, E la que quiso exir festino, VertiOs el agua sobrel vino. . . . . . . . . . . 8 Gonzalo de Berceo (Flourished in the first half of the thirteenth century) CANTICA DE LA VIRGEN Eya velar, eya velar, eya velar. Velat aljama de los judios, Eya velar: Que non vos furten el Fijo de Dios, Eya velar. 5 Ca furtArvoslo querrAn, Eya velar: Andres e Peidro et Johan, Eya velar. Non sabedes tanto descanto, 10 Eya velar: Que salgades de so el canto, Eya velar. Todos son ladronaeiellos, Eya velar: 15
205;an? 5One by one, Death summons the Cardinal, the King, the Patriarch, the Duke, the Archbishop, the Constable, the Bishop, the Knight, the Abbot, the Squire, the Dean, the Merchant, the Archdeacon, the Lawyer, the Canon, the Physician, the Priest, the Husbandman, the Monk, the Usurer, the Friar, the Porter, the Hermit, the Accountant, the Deacon, the Tax-collector, the Sub-deacon, the Sacristan, the Rabi, the Alfaqui, etc. Then come the last two stanzas of the poem. . . . . . . . . . . Lo que dize la Muerte Á los que non nombrÓ: A todos los que aqui no he nombrado De cualquer ley e estado o condyÇion, 15 Les mando que bengan muy toste priado A entrar en mi danÇa sin escusaÇion. Non rescibirÉ jamas exebÇion, Nin otro libelo nin declinatoria, Los que bien fizieron abrÁn syempre gloria, 20 Los quel contrario abrÁn dapnaÇion. 21 Dizen los que han de pasar por la Muerte: Pues que asy es que a morir abemos De nesÇesidad syn otro remedio, Con pura conÇienÇia todos trabajemos En servir a Dios sin otro comedio. Ca Él es principio, fyn e el medio 5 Por do si le plaze abremos folgura, Avn que la muerte con danÇa muy dura Nos meta en su corro en cualquer comedio. AnÓnimoREVELACIÓN DE UN ERMITAÑO(Esta es una revelaÇiÓn que acaesÇiÓ Á un ome bueno, hermitanno de santa bida, que estava rezando una noche en su hermita e oyÓ esta rrevelaÇiÓn, el qual luego la escriviÓ en rymas, ca era sabidor en esta ÇienÇia gaya.) ComienÇa e dize asy: Despues de la prima la ora pasada, En el mes de enero la noche primera, 10 En CCCC. e beynte durante la hera, Estando acostado allÁ en mi posada; Non pude dormir essa trasnochada, A la mannana un suenno me bino, Veredes, sennores, lo que me abino 15 Mientra pasava el alumbrada. En un baile fondo, escuro, apartado, Espeso de xaras, sonnÉ que andava Buscando salida e non la fallava, TopÉ con un omne que yazÍa fynado. 20 HolÍa muy mal, ca estava fynchado, Los ojos quebrados, la faz denegrida, La boca abierta, la barba cayda, De gusanos e moscas muy acompannado. 22 Mirando el cuerpo de chico balor, Oy una boz aguda muy fiera, AbrÍ los mis ojos por mirar quien era, VÍ una ave de blanca color. DezÍa contra el cuerpo: hereje, traydor, 5 Del mal que feziste, si eres repiso, Por tu bana-gloria e falso riso, Yo en el infierno bivo con dolor. . . . . . . . . . . Dize el cuerpo: Essa ora el cuerpo fizo movimiento, AlÇÓ la cabeÇa, comenÇÓ Á fablar, 10 E dixo: sennora, ¿por quÉ tanto culpar Me queres agora syn meresÇimiento? Que sy dixe Ó fize fuÉ por tu talento, Sy non mira agora qual es mi poder, Que estos gusanos non puedo toller, 15 Que comen las carnes de mi criamiento. . . . . . . . . . . Dize el Ánima: O cuerpo maldito, vil, enconado, Leno de fedor e de grand calabrina, MetiÉronte en foyo, cubriÉronte ayna, DexÁronte dentro Á mal de tu grado. 20 Por ende tÚ piensas que as ya librado, Primero serÁs delante el derecho, Donde darÁs cuenta de todo tu fecho Que en el mundo feziste, do poco has durado. . . . . . . . . . . Dize el cuerpo: ¿Por quÉ, sennora, mÁs enojar 25 Me queres agora en esta sazÓn? Que en quanto dexiste non tienes razÓn, Vete en buena ora, dexes-me estar. 23 Pues el Sennor nos ha de juzgar E darÁ Á cada uno su meresÇimiento, MÁs bien me paresces que eres Çimiento, Pues por tus malos fechos has de penar. Ellos estando en esta porfÍa, 5 SaliÓ un diablo negro de un espesura, Gesto espantable, de mala figura, Tynazas de fierro en las manos traÝa. Dixo contra el Ánima: tÚ serÁs mÍa, E conmigo yrÁs allÁ Á mi posada, 10 Adonde serÁs bien adverguada, Que allÁ fallarÁs asaz conpannÍa. El Ángel de Dios que esto beÝa, FuÉ contra el malo muy ayrado, E dixo: diablo sey ya pagado 15 De quanto mal fazes de dÍa en dÍa. Pues te atreves con grande osadÍa, De mÍ tÚ yrÁs mal baratado, Aunque te pese Á mal de tu grado, Aquesta Ánima serÁ toda mÍa. 20 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El Almirante Diego Furtado de Mendoza(Second half of the fourteenth century and early fifteenth) A aquel Árbol, que mueve la foxa, Algo se le antoxa. Aquel Árbol del bel mirar FaÇe de manyera flores quiere dar: Algo se le antoxa. 25 Aquel Árbol del bel veyer FaÇe de manyera quiere florecer: Algo se le antoxa. 24 FaÇe de manyera flores quiere dar: Ya se demuestra; salidlas mirar: Algo se le antoxa. FaÇe de manyera quiere florecer: Ya se demuestra; salidlas Á ver: 5 Algo se le antoxa. Ya se demuestra; salidlas mirar: Vengan las damas las fructas cortar: Algo se le antoxa. Alfonso Álvarez de Villasandino(† 1428?) CANTIGA: SEVILLALynda syn conparaÇion, 10 Claridat É luz de EspaÑa, Plazer É consolaÇion, Briosa cibdat extraÑa, El mi coraÇon se baÑa, En ver vestra maravilla, 15 Muy poderosa Sevilla Guarnida d’alta compaÑa. Parayso terrenal Es el vestro nonbre puro; Sobre cimiento leal 20 Es fundado vestro muro, Onde byve amor seguro Que serÁ sienpre ensalÇado: Sy esto me fuer negado De mal diÇientes non curo. 25 Desque de vos me party Fasta agora que vos veo, Bien vos juro que non vy Vestra egual en asseo: 25 Mientra mas miro É oteo Vestras dueÑas É donzellas, Resplendor nin luz de estrellas Non es tal, segunt yo creo. En el mundo non ha par 5 Vestra lyndeza É folgura, Nin se podrian ffallar DueÑas de tal fermosura: Donzellas de grant mesura Que en vos fueron criadas, 10 Estas deven ser loadas En EspaÑa de apostura. Micer Francisco Imperial(Early fifteenth century) DEZIRNon fuÉ por Çierto mi carrera vana, Passando la puente de Guadalquivir, Atan buen encuentro que yo vi venir 15 Rribera del rio, en medio Triana, A la muy fermosa Estrella Diana, Qual sale por mayo al alva del dia, Por los santos passos de la romeria: Muchos loores aya santa Ana. 20 E por galardon demostrar me quiso La muy delicada flor de jazmin, Rossa novela de oliente jardin, E de verde prado gentil flor de lyso, El su graÇioso É onesto rysso, 25 Ssemblante amorosso É viso ssuave, Propio me paresÇe al que dixo: Ave, Quando enviado fuÉ del paraysso. 26 Callen poetas É callen abtores, Omero, OraÇio, Vergilio É Dante, E con ellos calle Ovidio D’Amante E cuantos escripvieron loando seÑores, Que tal es aquesta entre las mejores, 5 Commo el luÇero entre las estrellas, Llama muy clara Á par de centellas, E commo la rrosa entre las flores. Non se desdeÑe la muy delicada Enfregymio griega, de las griegas flor, 10 Nin de las troyanas la noble seÑor, Por ser aquesta atanto loada; Que en tierra llana É non muy labrada, NasÇe Á las vezes muy oliente rrosa, Assy es aquesta gentil É fermosa, 15 Que tan alto meresÇe de ser comparada. Ruy PÁez de Ribera(Early fifteenth century) DEZIR SOBRE LA FORTUNADizen los sabios: «Fortuna es mudable,» E non me paresÇe que deve seer tal, Que antes la veo seer muy espantable A do una vegada comienÇa yr mal: 20 Que fasta que acaba todo el cabdal, Nunca mudanÇa faze la fortuna, Ca sienpre en el pobre la veo seer una Fasta destruyr el bien principal. Quando ella quiere tomar su venganÇa, 25 Pone al pobre en mayor probeÇa, E nunca jamas faze mudanÇa, Salvo con muerte, postrera crueza: La qual probedat es dolor É vileza, 27 Tormento aborrido sin comparaÇion, Afan syn rremedio con desesperaÇion, Por la qual pierde el noble su alteÇa. . . . . . . . . . . El pobre non tiene parientes ni amigos, Donayre nin seso, esfuerÇo É sentido, 5 E por la proveza le son enemigos Los suyos mesmos por veer lo caydo: Todos lo tienen por desconoÇido E non se les mienbra del tienpo pasado, Sy algunt benefiÇio ovieron cobrado 10 De aquellos de quien Él ha descendido. En cosa que diga nin faga por obra Non tiene graÇia virtud nin aseo, E por que Á todos en pobreza ssobra Su dicho es tenido por grant devaneo: 15 E tiene otra tacha peor que le veo Que dizen que es loco sy es esforÇado, E dizen que es torpe sy es sosegado, Asy que su vida es sienpre en desseo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Quanto es de triste la gafa proveza, 20 Mesquina, lazdrada É muy espantosa, Atanto es de noble la linpia rriqueza, Gentil É alegre, muy dulÇe, sabrosa, Sabia, esforÇada, fidalga, graÇiosa, Ardid É polida, cortÉs, mesurada, 25 Garrida É briosa, muy bien costunbrada, Onrrada É temida, sotil É donosa. . . . . . . . . . . 28 El rrico es sesudo, sotil É graÇioso. Gentil É garrido, É linpio esforÇado, Mas que pavon loÇano É donosso, Ardid É muy bravo, É rrizio provado, E mas quel azero qu’es fuerte azerado 5 Es la del rrico su grant fortaleza, Ca estas virtudes le ponen rriqueza, Las quales fallesÇen en el pobre cuytado. . . . . . . . . . . Non siento en el rrico ningunt fallimiento, Nin creo que pueda en Él ser fallado, 10 Non siento en el pobre ningunt conplimiento Salvo de cuytas que bive abastado: Pero ay un rremedio que veo provado Que el pobre, el rrico, que todo fallesÇe, E todo en el mundo por muerte pereÇe, 15 E todo se olvida desqu’es traspasado. El Condestable Álvaro de Luna(First half of the fifteenth century) I Si Dios, nuestro Salvador, Ovier de tomar amiga, Fuera mi competidor. Aun se m’antoxa, senyor, 20 Si esta tema tomÁras, Que justas e quebrar varas Ficieras por su amor. Si fueras mantenedor, Contigo me las pegara, 25 E non te alzara la vara, Por ser mi competidor. 29II Senyor Dios, pues me causaste Sin comparaÇion amar, TÚ me deves perdonar Si pasÉ lo que mandaste. Mandaste que ombre amasse 5 A ti mas que a otra cosa, Et causaste que fallase Ombre amiga tan graÇiosa, Generosa, mas fermosa De quantas, senyor, creaste, 10 La qual yo amo sin par De amor tan singular, Que no ay seso que baste. Formaste la creatura A tu semblanÇa, senyor, 15 De la tu santidat pura Me feziste amador: Quien figura tal figura, Tal qual tÚ la figuraste, Es causa de dar lugar 20 Para algun tiempo olvidar A ti que me la mostraste. FernÁn PÉrez de GuzmÁn¿QuÉ se hizo aquel danÇar Y aquellas ropas chapadas Que traÍan? Pues el otro su heredero, Don Enrrique; quÉ poderes 10 AlcanÇava! QuÁn blando, quÁn alagÜero El mundo con sus plazeres Se le dava! Mas verÁs cuÁn enemigo, 15 QuÁn contrario, quÁn cruel Se le mostrÓ; Aviendole sido amigo, QuÁn poco durÓ con Él Lo que le diÓ! 20 Las dÁdivas desmedidas, Los edificios reales Llenos de oro, Las baxillas tan fabridas, Los enriques y reales 25 Del tesoro; Los jaezes y cavallos De su gente y atavÍos Tan sobrados, ¿DÓnde yremos Á buscallos? 30 ¿QuÉ fueron sino rocÍos De los prados? Pues su hermano el innocente, Que en su vida sucessor 50 Se llamÓ. Que corte tan excelente Tuvo y quÁnto gran seÑor Que le siguiÓ! Mas como fuesse mortal, 5 MetiÓli la muerte luego En su fragua, O jÜyzio divinal! Quando mÁs ardÍa el fuego Echaste agua. 10 Pues aquel gran Condestable, Maestre que conocimos Tan privado, No cumple que d’el se hable, Sino sÓlo que le vimos 15 Degollado. Sus infinitos tesoros, Sus villas y sus lugares, Su mandar, ¿QuÉ le fueron sino lloros? 20 ¿QuÉ fueron sino pesares Al dexar? Pues los otros dos hermanos, Maestres tan prosperados Como reyes, 25 Que Á los grandes y medianos Traxeron tan sojuzgados A sus leyes; Aquella prosperidad Que tan alta fuÉ subida 30 Y ensalÇada, ¿QuÉ fuÉ sino claridad Que quando mÁs encendida FuÉ amatada? 51 Tantos duques excelentes, Tantos marqueses y condes Y barones Como vimos tan potentes, Di, Muerte, ¿dÓ los escondes 5 Y los pones? Y sus muy claras hazaÑas Que hizieron en las guerras Y en las pazes? Quando tÚ, cruel, te ensaÑas, 10 Con tu fuerÇa los atierras Y deshazes. Las huestes innumerables, Los pendones y estandartes Y vanderas, 15 Los castillos impunables, Los muros e baluartes Y barreras, La cava honda chapada Ó cualquier otro reparo 20 ¿QuÉ aprovecha? Quando tu vienes ayrada, Todo lo passas de claro Con tu flecha. Aquel de buenos abrigo, 25 Amado por virtuoso De la gente, El Maestre Don Rodrigo Manrique, tan famoso Y tan valiente, 30 Sus grandes hechos y claros No cumple que los alabe, Pues los vieron, Ni los quiero hazer caros, 52 Pues el mundo todo sabe QuÁles fueron. QuÉ amigo de sus amigos! QuÉ seÑor para criados Y parientes! 5 QuÉ enemigo de enemigos! QuÉ Maestre de esforÇados Y valientes! QuÉ seso para discretos! QuÉ gracia para donosos! 10 QuÉ razÓn! QuÁn benigno Á los subjectos, Y Á los bravos y daÑosos Un leon! En ventura, Octaviano; 15 Julio CÉsar en vencer Y batallar; En la virtud, Africano; AnÍbal en el saber Y trabajar: 20 En la bondad, un Trajano; Tito en liberalidad Con alegrÍa; En su braÇo, un Archidano; Marco Tulio en la verdad 25 Que prometÍa. Antonio PÍo en clemencia; Marco Aurelio en ygualdad Del semblante: Adriano en eloquencia; 30 Theodosio en humanidÁd Y buen talante: Aurelio Alexandre fuÉ En disciplina y rigor 53 De la guerra; Un Constantino en la fe; Camilo en el gran amor De su tierra. No dexÓ grandes tesoros, 5 Ni alcanÇÓ muchas riquezas Ni baxillas, Mas hizo guerra Á los Moros, Ganando sus fortalezas Y sus villas; 10 Y en las lides que venciÓ, Cavalleros y cavallos Se prendieron, Y en este oficio ganÓ Las rentas e los vasallos 15 Que le dieron. Pues por su honra y estado En otros tiempos passados ¿CÓmo se uvo? Quedando desamparado, 20 Con hermanos y criados Se sostuvo. Despues que hechos famosos Hizo en esta dicha guerra, ¿Que hazÍa? 25 Hizo tratos tan honrosos, Que le dieron muy mÁs tierra Que tenÍa. Estas sus viejas hystorias Que con su braÇo pintÓ 30 En la juventud, Con otras nuevas victorias Agora las renovÓ En la senectud. 54 Por su gran abilidad, Por mÉritos y ancianÍa Bien gastada AlcanÇÓ la dignidad De la gran cavallerÍa 5 Del Espada. E sus villas e sus tierras Ocupadas de tiranos Las hallÓ, Mas por cercos e por guerras 10 Y por fuerÇas de sus manos Las cobrÓ. Pues nuestro Rey natural Si de las obras que obrÓ FuÉ servido, 15 DÍgalo el de Portugal, Y en Castilla quien siguiÓ Su partido. Despues de puesta la vida Tantas vezes por su ley 20 Al tablero; Despues de tan bien servida La corona de su Rey Verdadero; Despues de tanta hazaÑa 25 A que no puede bastar Cuenta cierta, En la su villa de OcaÑa Vino la Muerte Á llamar A su puerta. 30 (Habla la Muerte) Diziendo: «Buen cavallero, Dexad el mundo engaÑoso 55 Y su halago; Muestre su esfuerÇo famoso Vuestro coraÇon de azero En este trago; Y pues de vida y salud 5 Hiziste tan poca cuenta <
?¿No visteis vos que algun dÍa Mil lÁgrimas derramaba, Basta que yo le juraba 15 Que sus palabras creÍa? Sobre el arena sentada De aquel rÍo la vÍ yo, Do con el dedo escribiÓ Antes muerta que mudada. 20 Miren amor lo que ordena, Que un hombre llegue Á creer Cosas dichas por mujer Y escritas en el arena. Luis de Camoens(1524–1579) VILLANCICOIrme quiero, madre, 25 A aquella galera, Con el marinero A ser marinera. Madre, si me fuere Doquier que vÓ, 30 No lo quiero yo; Que el amor lo quiere. Aquel niÑo fiero Hace que me muera, Por un marinero 35 A ser marinera. 82 El que todo puede, Madre, no podrÁ, Pues el alma va, Que el cuerpo se quede, Con Él pues que muere 5 Voy porque no muera, Que si es marinero SerÉ marinera. Es tirana ley, Del niÑo seÑor, 10 Que por un amor Se deseche un rey Pues de esta manera Él quiere, irme quiero Por un marinero 15 A ser marinera. Decid, ondas, ¿cuÁndo Visteis vos doncella Siendo tierna y bella Andar navegando? 20 Mas ¿quÉ no se espera De aquel niÑo fiero? Vea yo Á quien quiero Y sea marinero! LETRILLADe dentro tengo mi mal, 25 Que de fora no hay seÑal. Mi nueva y dulce querella Es invisible Á la gente: El alma sola la siente, Que el cuerpo no es dino della. 30 Como la viva centella Se encubre en el pedernal De dentro tengo mi mal. Santa Teresa de JesÚs(1515–1582) UNA GLOSAVivo sin vivir en mÍ, Y tan alta vida espero, 35 Que muero porque no muero. Aquesta divina uniÓn, Del amor con que yo vivo, Hace Á Dios ser mi cautivo, 83 Y libre mi corazÓn: Mas causa en mÍ tal pasiÓn Ver Á Dios mi prisionero, Que muero porque no muero. Ay! QuÉ larga es esta vida, 5 QuÉ duros estos destierros, Esta cÁrcel y estos hierros En que el alma estÁ metida! SÓlo esperar la salida Me causa un dolor tan fiero, 10 Que muero porque no muero. Ay! QuÉ vida tan amarga Do no se goza el SeÑor! Y si es dulce el amor No lo es la esperanza larga; 15 QuÍteme Dios esta carga, MÁs pesada que de acero, Que muero porque no muero. SÓlo con la confianza Vivo de que he de morir; 20 Porque muriendo, el vivir Me asegura mi esperanza: Muerte do el vivir se alcanza, No te atardes, que te espero, Que muero porque no muero. 25 Mira que el amor es fuerte; Vida no seas molesta, Mira que sÓlo te resta, Para ganarte, perderte; Venga ya la dulce muerte, 30 Venga el morir muy ligero, Que muero porque no muero. Aquella vida de arriba Es la vida verdadera; 84 Hasta que esta vida muera, No se goza estando viva: Muerte, no seas esquiva; Vivo muriendo primero, Que muero porque no muero. 5 Vida, ¿quÉ puedo yo darle A mi Dios, que vive en mÍ, Si no es perderte Á ti, Para mejor Á Él gozarle? Quiero muriendo alcanzarle, 10 Pues Á Él solo es el que quiero, Que muero porque no muero. Estando ausente de ti, ¿QuÉ vida puedo tener? Sino muerte padecer 15 La mayor que nunca vÍ: LÁstima tengo de mÍ, Por ser mi mal tan entero, Que muero porque no muero. El pez que del agua sale 20 Aun de alivio no carece, A quien la muerte padece Al fin la muerte le vale: ¿QuÉ muerte habrÁ que se iguale A mi vivir lastimero, 25 Que muero porque no muero? Cuando me empiezo Á aliviar ViÉndote en el Sacramento, Me hace mÁs sentimiento El no poderte gozar: 30 Todo es para mÁs penar, Por no verte como quiero, Que muero porque no muero. Cuando me gozo, SeÑor, 85 Con esperanza de verte, Viendo que puedo perderte, Se me dobla mi dolor. Viviendo en tanto pavor, Y esperando como espero, 5 Que muero porque no muero. SÁcame de aquesta muerte, Mi Dios, y dame la vida, No me tengas impedida En este lazo tan fuerte: 10 Mira que muero por verte, Y vivir sin ti no puedo, Que muero porque no muero. LlorarÉ mi muerte ya, Y lamentarÉ mi vida, 15 En tanto que detenida Por mis pecados estÁ. Oh mi Dios cuando serÁ, Cuando yo diga de vero, Que muero porque no muero. 20 LETRILLA QUE LLEVABA POR REGISTRO EN SU BREVIARIONada te turbe; Nada te espante; Todo se pasa; Dios no se muda, La paciencia todo lo alcanza. 25 Quien Á Dios tiene, Nada le falta. Solo Dios basta. Fernando de Herrera(1534–1597) SONETO: POR LA VITORIA DE LEPANTOHondo Ponto, que bramas atronado Con tumulto y terror, del turbio seno Saca el rostro, de torpe miedo lleno; Mira tu campo arder ensangrentado, Y junto en este cerco y encontrado 5 Todo el cristiano esfuerzo y sarraceno, Y cubierto de humo y fuego y trueno, Huir temblando el impÍo quebrantado. Con profundo murmurio la vitoria Mayor celebra que jamÁs viÓ el cielo, De allÍ mira sus banderas, Y estandartes que tenÍa, CÓmo estÁn todos pisados 15 Que la tierra los cubrÍa. Mira por los capitanes Que ninguno parescÍa; Mira el campo tinto en sangre, La cual arroyos corrÍa. 20 El triste de ver aquesto Gran mancilla en sÍ tenÍa: Llorando de los sus ojos De esta manera decÍa: —«Ayer era rey de EspaÑa, 25 Hoy no lo soy de una villa; Ayer villas y castillos, Hoy ninguno poseÍa; Ayer tenÍa criados, Hoy ninguno me servÍa, 30 Hoy no tengo una almena Que pueda decir que es mÍa. Desdichada fuÉ la hora, Desdichado fuÉ aquel dÍa 114 En que nacÍ y heredÉ La tan grande seÑorÍa, Pues lo habÍa de perder Todo junto y en un dÍa! Oh muerte! ¿por quÉ no vienes 5 Y llevas esta alma mÍa De aqueste cuerpo mezquino, Pues te se agradecerÍa?» AnÓnimo: Romance HistÓricoBERNARDO LLORA Á SU PADRE Y CELEBRA SUS OBSEQUIASAl pie de un tÚmulo negro EstÁ Bernardo del Carpio, 10 Hincadas ambas rodillas, En medio de un templo santo. AcompÁÑanle parientes, Caballeros É hijosdalgo; Por amistad Ó por deudo 15 Todos estÁn enlutados. Vienen Á hacer las obsequias Del muerto conde Don Sancho, Vertiendo lÁgrimas tiernas Del fuerte pecho acerado. 20 Cubierto de triste luto, Y el corazÓn enlutado; Pero tan fuerte y robusto Como cuando sale armado. Un rato entre dientes habla, 25 Y otro rato habla claro, Formando quejas al cielo Del rey don Alfonso el Casto, 115 Que muerte le diÓ Á su padre, Y vivo se le ha mandado. —«Si el rey falta Á su palabra,» Dice, «¿quÉ harÁ un villano? Con tal sinrazÓn, Alfonso, 5 Buen nombre Á tu hermana has dado! Buen tÍtulo Á tu sobrino! Y buen pago Á tu criado! Pero no pende mi honra De ti, ni de aqueste agravio, 10 Que este brazo y esta espada Me harÁn temido y honrado.»— Y volviendo al padre muerto El valeroso Bernardo, Con varoniles suspiros, 15 ColÉrico y demudado, Abriendo el negro capuz Hasta la punta de abajo, Sin advertir que le escuchan, Ni que estÁ en lugar sagrado, 20 Con una mano en la barba Y en la espada la otra mano, Dice furioso, impaciente, Con su rey y padre hablando: —«Seguro puedes ir de la venganza, 25 Amado padre, al espacioso cielo, Que el acerado hierro de mi lanza, Que de sangre francesa tiÑÓ el suelo, Y levantÓ de Alfonso la esperanza Hasta el celeste y estrellado velo, 30 Ha de mostrar que no hay seguro estado, Siendo Bernardo vivo y tÚ agraviado. Uno soy solo, Alfonso, y castellano, Uno soy solo, y el que puede tanto, 116 Que deshizo el poder de Carlo-Magno, Dejando Á toda Francia en luto y llanto. Esta es la misma vencedora mano Que Á ti te diÓ victoria, al mundo espanto; Y esta misma te harÁ, padre, vengado, 5 Que Bernardo estÁ vivo y tÚ agraviado.» AnÓnimo: Romance HistÓricoROMANCE DE DON RODRIGO DE LARAA cazar va don Rodrigo, Y aun don Rodrigo de Lara: Con la gran siesta que hace ArrimÁdose ha Á una haya, 10 Maldiciendo Á Mudarrillo, Hijo de la renegada, Que si Á las manos le hubiese, Que le sacarÍa el alma. El seÑor estando en esto, 15 Mudarrillo que asomaba: —«Dios te salve, caballero, Debajo la verde haya.»— —«AsÍ haga Á ti, escudero, Buena sea tu llegada.» 20 —«DÍgasme tÚ, el caballero, ¿CÓmo era la tu gracia?» —«A mÍ dicen don Rodrigo, Y aun don Rodrigo de Lara, CuÑado de Gonzalo Gustos, 25 Hermano de doÑa Sancha; Por sobrinos me los hube Los siete infantes de Salas; Espero aquÍ Á Mudarrillo, 117 Hijo de la renegada; Si delante lo tuviese, Yo le sacarÍa el alma.» —«Si Á ti dicen don Rodrigo, Y aun don Rodrigo de Lara, 5 A mÍ Mudarra Gonzales, Hijo de la renegada, De Gonzalo Gustos hijo, Y alnado de doÑa Sancha; Por hermanos me los hube 10 Los siete infantes de Salas: TÚ los vendiste, traidor, En el val de Arabiana; Mas si Dios Á mÍ me ayuda AquÍ dejarÁs el alma.» 15 —«EspÉresme, don Gonzalo, IrÉ Á tomar las mis armas.» —«El espera que tÚ diste A los infantes de Lara: ‘AquÍ morirÁs, traidor, 20 Enemigo de doÑa Sancha.’»— AnÓnimo: Romance HistÓricoCASAMIENTO DEL CID CON JIMENAA su palacio de Burgos, Como buen padrino honrado, Llevaba el Rey Á yantar A sus nobles afijados. 25 Salen juntos de la iglesia El Cid, el Obispo y LaÍn Calvo, Con el gentÍo del pueblo Que les iba acompaÑando. 118 Por la calle adonde van A costa del Rey gastaron En un arco muy polido MÁs de treinta y cuatro cuartos. En las ventanas alfombras, 5 En el suelo juncia y ramos, Y de trecho Á trecho habÍa Mil trovas al desposado. SaliÓ Pelayo hecho toro Con un paÑo colorado, 10 Y otros que le van siguiendo, Y una danza de lacayos. TambiÉn AntolÍn saliÓ A la gineta en un asno, Y Pelaez con vejigas 15 Fuyendo de los mochachos. Diez y seis maravedis MandÓ el Rey dar Á un lacayo Porque espantaba Á las fembras Con un vestido de diablo. 20 MÁs atrÁs viene Jimena TrabÁndole el Rey la mano, Con la Reina su madrina, Y con la gente de manto. Por las rejas
oneto10">SONETO El que fuere dichoso serÁ amado, 15 Y yo en amar no quiero ser dichoso, Teniendo mi desvelo generoso A dicha ser por vos tan desdichado. SÓlo es servir, servir sin ser premiado; Cerca estÁ de grosero el venturoso; 20 Seguir el bien Á todos es forzoso, Yo solo sigo el bien sin ser forzado. No he menester ventura por amaros; Amo de vos lo que de vos entiendo, No lo que espero, porque nada espero. 25 145 LlÉvame el conoceros Á adoraros; Servir mas por servir sÓlo pretendo, De vos no quiero mÁs que lo que os quiero. EPIGRAMASI Al marquÉs de Malpica Cuando el marquÉs de Malpica, Caballero de la llave, 5 Con su silencio replica, Dice todo cuanto sabe. II A don Juan de EspaÑa Jura EspaÑa por su vida Que nunca cenÓ en su casa, Y que sin cenar se pasa 10 Cuando nadie le convida. III Epitafio de don Rodrigo CalderÓn AquÍ yace CalderÓn. Pasajero, el paso ten; Que en hurtar y morir bien Se parece al buen ladrÓn. 15 Vicente Espinel(† 1634?) REDONDILLASPedir celos no es cordura En el que de veras ama, Porque es despertar la dama De lo que estaba segura. 146 Los celos es un tormento, Que nace de puro amor, Y asÍ nos fuera el temor A tener celos del viento: Mas pedirlos es locura 5 Aunque mas arda la llama, Porque es despertar la dama De lo que estaba segura. Muchos celosos se quedan Privados de sus placeres, 10 Porque siempre las mujeres Se van tras lo que les vedan. Mejor es darles anchura, Que mirarÁn por su fama, Y no despertar la dama 15 De lo que estaba segura. MÁs vale por complacellas Dejarlas Á su sabor Que ellas miran por su honor MÁs que nosotros por ellas. 20 Y la que es mÁs casta y pura Cuando Á su galÁn mÁs ama, Si con celos la disfama, No la tendrÁ muy segura. LETRILLAContentamientos pasados, 25 ¿Que querÉis? Dejadme, no me cansÉis! Contentos cuya memoria A cruel muerte condena, Idos de mÍ enhorabuena, 30 Y pues que no me dais gloria, No vengÁis Á darme pena. 147 Ya estÁn los tiempos trocados, Mi bien llevÓselo el viento, No me deis ya mÁs cuidados, Que son para mÁs tormento Contentamientos pasados. 5 No me os mostrÉis lisonjeros, Que no habÉis de ser creÍdos, Ni me amenacÉis con fieros Porque el temor de perderos Le perdiÓ en siendo perdidos, 10 Y si acaso pretendÉis Cumplir vuestra voluntad Con mi muerte, bien podrÉis Matarme; y si no, mirad, ¿Que querÉis? 15 Si dar disgusto y desdÉn Es vuestro propio caudal, Sabed que he quedado tal Que aun no me ha dejado el bien De suerte que sienta el mal: 20 Mas con todo pues me habÉis Dejado y estoy sin vos, Paso! no me atormentÉis! Contentos, idos con Dios, Dejadme, no me cansÉis. 25 Lope FÉlix de Vega Carpio(1562–1635) CANCIÓN DE LA VIRGENPues andÁis en las palmas, Ángeles santos, Que se duerme mi niÑo, Tened los ramos. 148 Palmas de BelÉn Que mueven airados Los furiosos vientos, Que suenan tanto, No le hagÁis ruido, 5 Corred mÁs paso; Que se duerme mi niÑo, Tened los ramos. El niÑo divino, Que estÁ cansado 10 De llorar en la tierra, Por su descanso Sosegar quiere un poco Del tierno llanto; Que se duerme mi niÑo, 15 Tened los ramos. Rigurosos hielos Le estÁn cercando, Ya veis que no tengo Con que guardarlo: 20 Ángeles divinos, Que vais volando, Que se duerme mi niÑo, Tened los ramos. ROMANCEA mis soledades voy, 25 De mis soledades vengo, Porque para andar conmigo Me bastan mis pensamientos. No sÉ quÉ tiene la aldea Donde vivo y donde muero, 30 Que con venir de mÍ mismo No puedo venir mÁs lejos! 149 Ni estoy bien ni mal conmigo; Mas dice mi entendimiento, Que un hombre que todo es alma EstÁ cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, 5 Y solamente no entiendo CÓmo se sufre Á sÍ mismo Un ignorante soberbio. De cuantas cosas me cansan, FÁcilmente me defiendo; 10 Pero no puedo guardarme De los peligros de un necio. Él dirÁ que yo lo soy, Pero con falso argumento; Que humildad y necedad 15 No caben en un sujeto. La diferencia conozco, Porque en Él y en mÍ contemplo, Su locura en su arrogancia, Mi humildad en su desprecio. 20 Ó sabe naturaleza MÁs que supo en otro tiempo, Ó tantos que nacen sabios Es porque lo dicen ellos. SÓlo sÉ que no sÉ nada, 25 Dijo un filÓsofo, haciendo La cuenta con su humildad, Adonde lo mÁs es menos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Oigo taÑer las campanas, Y no me espanto, aunque puedo, 30 Que en lugar de tantas cruces Haya tantos hombres muertos. 150 Mirando estoy los sepulcros Cuyos mÁrmoles eternos EstÁn diciendo sin lengua, Que no lo fueron sus dueÑos. Oh bien haya qui
25(Advertencia Á EspaÑa, de que ansÍ como se ha hecho seÑora de muchos, ansÍ serÁ de tantos enemigos invidiada y perseguida, y necesita de continua prevenciÓn por esa causa.) Un Godo, que una cueva en la montaÑa GuardÓ, pudo cobrar las dos Castillas: Del Betis y Genil las dos orillas, Los heredores de tan gran hazaÑa. 25 165 A Navarra te diÓ justicia y maÑa, Y un casamiento, en AragÓn, las sillas, Con que Á Sicilia y NÁpoles humillas, A quien MilÁn esplÉndida acompaÑa. Muerte infeliz en Portugal arbola 5 Tus castillos. ColÓn pasÓ los Godos Al ignorado cerco de esta bola. Y es mÁs fÁcil oh EspaÑa! en muchos modos Que lo que Á todos les quitaste sola, Te puedan Á ti sola quitar todos. 10 El Bachiller de la Torre(Date?) CANCIÓN: LA TÓRTOLATÓrtola solitaria que llorando Tu bien pasado y tu dolor presente, Ensordeces la selva con gemidos: Cuyo Ánimo doliente Se mitiga penando 15 Bienes asegurados y perdidos: Si inclinas los oÍdos A las piadosas y dolientes quejas De un espÍritu amargo, (Breve consuelo de un dolor tan largo 20 Con quien, amarga soledad, me aquejas) Yo con tu compaÑÍa Y acaso Á ti te aliviarÁ la mÍa. La rigurosa mano que me aparta Como Á ti de tu bien, Á mÍ del mÍo, 25 Cargada va de triunfos y victorias: SÁbelo el monte y rÍo, Que estÁ cansada y harta De marchitar en flor mis dulces glorias: 166 Y si eran transitorias, AcabÁralas golpe de fortuna: No viera yo cubierto De turbias nubes cielo que vÍ abierto En la fuerza mayor de mi fortuna: 5 Que acabado con ellas Acabaran mis llantos y querellas. Parece que me escuchas, y parece Que te cuento tu mal, que roncamente Lloras tu compaÑÍa desdichada: 10 El Ánimo doliente Que el dolor apetece Por un alivio de su suerte airada, La mÁs apasionada MÁs agradable le parece, en tanto 15 Que el alma dolorosa, Llorando tu desdicha rigurosa, BaÑa los ojos con eterno llanto; Cuya pasiÓn afloja La vida al cuerpo, al alma la congoja. 20 ¿No regalaste con tus quejas tiernas, Por solitarios y desiertos prados, Hombres y fieras, cielos y elementos? ¿Lloraste tus cuidados Con lÁgrimas eternas 25 Duras y encomendadas Á los vientos? ¿No son tus sentimientos De tanta compasiÓn y tan dolientes, Que enternecen los pechos A rigurosas sinrazones hechos, 30 Que los haces crueles de clementes? ¿En quÉ ofendiste tanto, Cuitada, que te sigue miedo y llanto? Quien te ve por los montes solitarios 167 Mustia y enmudecida y elevada De los casados Árboles huyendo, Sola y desamparada A los fieros contrarios, Que le tienen en vida padeciendo, 5 SeÑal de agÜero horrendo MostrarÍan tus ojos aÑublados Con las cerradas nieblas Que levantÓ la muerte, y las tinieblas De tus bienes supremos y pasados: 10 Llora, cuitada, llora Al venir de la noche y de la aurora! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco de Borja, Principe de Esquilache(1581–1658) CANCIÓNFuentecillas que reis, Y con la arena jugÁis, ¿DÓnde vais? 15 Pues de las flores huis Y los peÑascos buscÁis, Si reposÁis Donde con calma dormÍs, ¿Por quÉ corrÉis y os cansÁis? 20 CANCIÓNPajarillo que cantas Cuando con tristes quejas Al dispertar el dÍa te levantas, Y enternecida dejas 168 La umbrosa selva que escuchÓ tu llanto, Calla, no llores tanto: Que es agravio y desdicha del que llora Sentir sus quejas y reir la aurora. Canta la noche frÍa 5 En las dormidas ramas, De tu dolor funesta compaÑÍa; Descansa, cuando llamas Al sol hermoso que los campos viste, Logra su ausencia triste; 10 Que es agravio y desdicha del que llora Sentir sus quejas y reir la aurora. En este verde soto EscucharÁn tus males Del mÁs vecino al sauce mÁs remoto, 15 Y el agua en sus umbrales De verde yerba, de doradas flores, PrenderÁn tus amores; Que es agravio y desdicha del que llora Sentir sus quejas y reir la aurora. 20 No quieras mÁs aliento Que en tus tristes congojas La piadosa atenciÓn del manso viento, Y que duerman las hojas Al dulce son de tus querellas graves, 25 Envidia de otras aves; Que es agravio y desdicha del que llora Sentir sus quejas y reir la aurora. CANCIÓNSi alegres y risueÑas Corren las claras fuentes 30 Entre perlas lucientes, 169 A reir las enseÑas; Y si corren aprisa, Imitan mÁs la gracia de tu risa. No rÍe la maÑana, Que soÑolienta y frÍa 5 Sale Á hospedar el dÍa, Vestida de oro y grana, Si primera no rÍes, Y dejas quÉ copiar en tus rubÍes. TambiÉn quiere imitarle, 10 Cuando el sol reverbera, La dulce primavera; Y cuando Abril se parte, Hace el primer ensayo Al paso de tu risa el suave Mayo. 15 Pensaban, engaÑados, Que las selvas reÍan Los mismos que creÍan La risa de los prados. Todos, Silvia, mintieron; 20 Que sin verte reir, jamÁs rieron. Los mÁs fieros tiranos, Que menos se recatan, No rÍen cuando matan; Y aunque muere Á sus manos 25 Con piedad el aurora, La dulce muerte de la noche llora. Tu risa son enojos, Porque matas riendo, Y lloran (desmintiendo 30 A tu boca) mis ojos; Y es lo que precian tanto, Risa en tus labios, y en mis ojos llanto. Francisco de Rioja(† 1658?) SILVA: Á LA ROSAPura, encendida rosa, Émula de la llama Que sale con el dÍa, ¿CÓmo naces tan llena de alegrÍa, Si sabes que la edad que te da el cielo 5 Es apenas un breve y veloz vuelo? Y no valdrÁn las puntas de tu rama Ni tu pÚrpura hermosa A detener un punto La ejecuciÓn del hado presurosa. 10 El mismo cerco alado, Que estoy viendo riente, Ya temo amortiguado, Presto despojo de la llama ardiente. Para las hojas de tu crespo seno 15 Te diÓ Amor de sus alas blandas plumas, Y oro de su cabello diÓ Á tu frente. Oh fiel imagen suya peregrina! BaÑÓte en su color sangre divina De la deidad que dieron las espumas; 20 Y esto, purpÚrea flor, y esto ¿no pudo Hacer menos violento el rayo agudo? RÓbate en una hora, RÓbate licencioso su ardimiento El color y el aliento; 25 Tiendes aun no las alas abrasadas, Y ya vuelan al suelo desmayadas, Tan cerca, tan unida 171 EstÁ al morir tu vida, Que dudo si en sus lÁgrimas la aurora Mustia tu nacimiento Ó muerte llora. Á LA POBREZADesde el infausto dÍa Que visitÉ con lÁgrimas primeras 5 Me tienes oh pobreza! compaÑÍa; Aunque tan buena como dicen fueras, Por ser tanto de mÍ comunicada, Me vinieras Á ser menos preciada. DirÉ tus males, sin que mucho ahonde 10 En ellos; que es muy raro Lo que por glorias tuyas contar puedes. Tal vez el que en su casa un monte asconde De Numidia y de Paro En aras y paredes, 15 Cuando entre el blando lino se rodea, Puesto de los cuidados en el fuego, Sin conocerte alaba tu sosiego, Y nunca, aunque lo alaba, lo desea. Llegas Á ser de alguno al fin loada; 20 Mas de ninguno apenas deseada. Si eres tÚ de los males El que nos trata con mayor crueza, ¿CÓmo podrÁ ninguno codiciarte? DespuÉs que naciÓ el oro, 25 Y con Él la grandeza, MuriÓ tu ser, murÍo tu igual decoro, En otra edad divino; SÍ, por eso, pobreza, en toda parte Con enfermo color andas contino. 30 Con preciosos metales 172 Siempre veo levantado Lo que tienes tÚ sola derribado. ¿QuÉ ciudad populosa Se sabe que por ti se haya fundado? ¿QuÉ fuerza inexpugnable y espantosa 5 Por ti se ha fabricado? El suave color, la hermosura, SÓlo en tu ausencia con su lustre dura. PÍntame la belleza Mayor que imaginares, 10 Compuesta de jazmines y de grana, Si con vestido tuyo la adornares, Su lustre pierde y gracia soberana, Pues cuando el agro invierno, Hijo tuyo sin duda, 15 Que como tÚ tambiÉn, siempre desnudo, Roba al bosque el verdor, y lo despoja, Pobre por ti su frente, Ni su sombra codicia ya la gente Ni sus ramas las aves 20 Y si yo vanamente no discierno, ¿CuÁndo armarse pudieron vastas naves Donde se viÓ tu sombra? ¿Cuando ejÉrcitos gruesos? El nÚmero infinito de sucesos 25 Que por ti han avenido ¿Á quiÉn no asombra? Hablen los nunca sepultados huesos Que en las playas blanquean, De tantos que por falta de sustento Al mar rindieron el vital aliento. 30 ¿CuÁntos has escondido En los anchos desiertos Para que al mal seguro caminante Asalten encubiertos 173 Ó ¿en cuÁntas partes se verÁ teÑido El campo con la sangre de los muertos? No hay voz, aunque de hierro, que bastante Sea Á decir los males que acarrean Duras necesidades. 5 Los que pobres habitan las ciudades, ¿QuÉ afrenta no padecen? Los que por sus ingenios merecieron, Oh pobreza! por ti lo desmerecen. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿QuÉ vale oh pobres! levantaros tanto? 10 Mirad que es necio error, necia costumbre Soltar Á la soberbia asÍ la rienda; Que yo apenas, humilde y sin contienda, Puedo contar en paz algunas horas De las que paso en el silencio obscuro, 15 Olvidado en pobreza y no seguro. Á LA RIQUEZAOh mal seguro bien, oh cuidadosa Riqueza, y cÓmo Á sombra de alegrÍa Y de sosiego engaÑas! El que vela en tu alcance y se desvÍa 20 Del pobre estado y la quietud dichosa, Ocio y seguridad pretende en vano, Pues tras el luengo errar de agua y montaÑas, Cuando el metal precioso coja Á mano, No ha de ver sin cuidado abrir el dÍa. 25 No sin causa los dioses te escondieron En las entraÑas de la tierra dura; Mas ¿quÉ hallÓ difÍcil y encubierto La sedienta codicia? 174 TurbÓ la paz segura Con que en la antigua selva florecieron El abeto y el pino, Y trÁjolos al puerto, Y por campos de mar les diÓ camino. 5 AbriÓse el mar y abriÓse Altamente la tierra, Y saliste del centro al aire claro, Hija de la avaricia, A hacer Á los hombres cruda guerra. 10 Saliste tÚ, y perdiÓse La piedad, que no habita en pecho avaro. Tantos daÑos, riqueza, Han venido contigo Á los mortales, Que aun cuando nos pagamos Á la muerte, 15 No cesan nuestros males, Pues el cadÁver que acompaÑa el oro Ó el costoso vestido, SÓlo por opulento es perseguido; Y el Último descanso y el reposo 20 Que tuviera en pobreza le es negado, Siendo de su sepulcro conmovido. A cuÁntos armÓ el oro de crueza, Y Á cuÁntos ha dejado En el Último trance Ó dura suerte! 25 . . . . . . . . . . Al menos animoso, Para que te posea, Das, riqueza, ardimiento licencioso. Ninguno hay que se vea Por ti tan abastado y poderoso, 30 Que carezca de miedo. ¿QuÉ cosa habrÁ de males tan cercada, Pues ora pretendida, ora alcanzada, 175 Y aun estando en deseos, Pena ocultan tus ciegos desvaneos? Pero cÁnsome en vano, decir puedo; Que si sombras de bien en ti se vieran, Los inmortales dioses te tuvieran. 5 Pedro Soto de Rojas(† 1660?) CANCIÓN Á UN JILGUEROOh cuanto es Á la tuya parecida Esta mi triste vida! TÚ preso estÁs, yo preso; TÚ cantas, y yo canto, TÚ simple, yo sin seso, 10 Yo en eterna inquietud y tÚ travieso. MÚsica das Á quien tu vuelo enfrena; MÚsica doy, aunque Á compÁs de llanto, A quien me tiene en Áspera cadena. En lo que es diferente 15 Nuestro estado presente Es en que tÚ, jilguero, Vives cantando y yo cantando muero. Esteban Manuel de Villegas(1596–1669) CANTILENA: DE UN PAJARILLOYo vÍ sobre un tomillo Quejarse un pajarillo, 20 Viendo su nido amado, De quien era caudillo, 176 De un labrador robado. VÍle tan congojado Por tal atrevimiento Dar mil quejas al viento, Para que al cielo santo 5 Lleve su tierno llanto, Lleve su triste acento. Ya con triste armonÍa, Esforzando el intento, Mil quejas repetÍa; 10 Ya cansado callaba, Y al nuevo sentimiento Ya sonoro volvÍa. Ya circular volaba, Ya rastrero corrÍa, 15 Ya pues de rama en rama Al rÚstico seguÍa; Y saltando en la grama, Parece que decÍa: «Dame, rÚstico fiero, 20 Mi dulce compaÑÍa;» Y que le respondÍa El rÚstico: «No quiero.» CANTILENA: DEL AMOR Y LA ABEJAAquellos dos verdugos De las flores y pechos, 25 El amor y la abeja, A un rosal concurrieron. Lleva armado el muchacho De saetas el cuello, Y la bestia su pico 30 De aguijones de hierro. 177 Ella va susurrando, Caracoles haciendo, Y Él criando mil risas Y cantando mil versos; Pero dieron venganza 5 Luego Á flores y pechos, Ella muerta quedando Y Él herido volviendo. ODA: AL CÉFIRODulce vecino de la verde selva, HuÉsped eterno del Abril florido, 10 Vital aliento de la madre Venus, CÉfiro blando, Si de mis ansias el amor supiste, TÚ, que las quejas de mi voz llevaste, Oye, no temas, y Á mi ninfa dile, 15 Dile que muero. Filis un tiempo mi dolor sabÍa, Filis un tiempo mi dolor lloraba; QuÍsome un tiempo, mas agora temo, Temo sus iras. 20 AsÍ los dioses, con amor paterno, AsÍ los cielos, con amor benigno, Niegan al tiempo que feliz volares Nieve Á la tierra. JamÁs el peso de la nube parda, 25 Cuando amenace la elevada cumbre, Toque tus hombros, ni su mal granizo Hiera tus alas. Salvador Jacinto Polo de Medina(† 1670?) FÁBULA BURLESCA DE APOLO Y DAFNECantar de Apolo y Dafne los amores, Sin mÁs ni mÁs, me vino al pensamiento. Con licencio de ustedes, va de cuento. Vaya de historia pues, y hablemos culto! Pero cÓmo los versos dificulto! 5 CÓmo la vena mÍa se resiste! QuÉ linda boberÍa! Pues Á fe que si invoco mi TalÍa, Que no le dÉ ventaja al mas pintado. Ya con ella encontrÉ, mi Dios loado. 10 SeÑora doÑa Musa, mi seÑora, SÓpleme usted muy bien ahora; Que su favor invoco Para hacer esta copla; Y mire vuesarced cÓmo me sopla. 15 Érase una muchacha con mil sales, Con una cara de Á cien mil reales, Como asÍ me la quiero, MÁs peinada y pulida que un barbero; En esto que llamamos garabato 20 La gente de buen trato TenÍa la mozuela gran donaire; Pudiera ser poeta por el aire. AquÍ es obligaciÓn, seÑora Musa, Si ya lo que se usa no se excusa, 25 El pintar de la ninfa las facciones, Y pienso comenzar por los talones, Aunque parezca mal al que leyere; Que yo puedo empezar por do quisiere. 179 Y aunque diga el lector de mi pintura Que del tronco se sube hasta la altura; Que Á nadie dÉ congojas Que yo empiece la ninfa por las hojas, Supuesto que son mÍos 5 Estos calientes versos Ó estos frÍos; Que el poeta mas payo De sus versos bien puede hacer un sayo. Era el pie (yo le vÍ) de tal manera... Vive Chipre, que miento; que no era! 10 Porque por lo sutil y recogido, Nunca ha sido este pie visto ni oÍdo. Era, en efecto, blanco y era breve... Oh, quÉ linda ocasiÓn de decir nieve, Si yo fuera poeta principiante! 15 Llevando nuestros cuentos adelante, Y haciendo del villano, Me pretendo pasar del pie Á la mano, Cuyos hermosos dedos (Esta vez los jazmines se estÉn quedos, 20 Y pongÁmosles fines, EnmendÉmonos todos de jazmines, Y el que asÍ no lo hiciere, Y ser poeta del Abril quisiere, ProbarÁ de las gentes los rigores; 25 A fÉ que allÁ se lo dirÁn de flores); Era, en fin, de cristal belleza tanta... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mas, al contrario, su boquilla es poca... (Vamos con tiento en esto de la boca; Que hay notables peligros carmesÍes, 30 Y podrÉ tropezar en los rubÍes, EpÍtetos crueles); QuÉ cosquillas me hacen los claveles! 180 Porque Á pedir de boca le venÍan; Mas claveles no son los que solÍan, Y en los labios de antaÑo No hay claveles ogaÑo; Pero, para deciros su alabanza, 5 Conceptillo mejor mi ingenio alcanza, Y tanto, que con otro no se mide: Es tan linda su boca, que no pide. . . . . . . . . . . Pedro CalderÓn de la Barca(1600–1681) CANTARCILLORuiseÑor que volando vas, Cantando finezas, cantando favores, 10 Oh cuÁnta pena y envidia me das! Pero no; que si hoy cantas amores, TÚ tendrÁs celos y tÚ llorarÁs. QuÉ alegre y desvanecido Cantas, dulce ruiseÑor, 15 Las venturas de tu amor, Olvidado de tu olvido! En ti, de ti entretenido Al ver cuÁn ufano estÁs, Oh cuanta pena me das 20 Publicando tus favores! Pero no, que si hoy cantas amores, TÚ tendrÁs celos y tÚ llorarÁs. DÉCIMA: Á LOPE DE VEGA CARPIOAunque la persecuciÓn De la envidia tema el sabio, No reciba della agravio; Que es de serlo aprobaciÓn. Los que mÁs presumen, son, 5 Lope, Á los que envidia das, Y en su presunciÓn verÁs Lo que tus glorias merecen; Pues los que mÁs te engrandecen, Son los que te envidian mÁs. 10 EL MÁGICO PRODIGIOSO(Una voz) ¿CuÁl es la gloria mayor Desta vida? (Coro) Desta vida? Amor, amor. (Una voz) No hay sujeto en que no imprima El fuego de amor su llama, Pues vive mÁs donde ama 15 El hombre, que donde anima. Amor solamente estima Cuanto tener vida sabe, El tronco, la flor y el ave: Luego es la gloria mayor 20 De esta vida... (Coro) De esta vida... Amor, amor. (Justina) Pesada imaginaciÓn, Al parecer lisonjera, 182 ¿CuÁndo te ha dado ocasiÓn Para que desta manera Aflijas mi corazÓn? ¿CuÁl es la causa, en rigor, Deste fuego, deste ardor, 5 Que en mÍ por instantes crece? ¿QuÉ dolor el que padece Mi sentido? (Coro) Mi sentido? Amor, amor. (Justina) Aquel ruiseÑor amante Es quien respuesta me da, 10 Enamorando constante A su consorte, que estÁ Un ramo mÁs adelante. Calla, ruiseÑor; no aquÍ Imaginar me hagas ya, 15 Por las quejas que te oÍ, CÓmo un hombre sentirÁ, Si siente un pÁjaro asÍ. Mas no: una vid fuÉ lasciva, Que buscando fugitiva 20 Va el tronco donde se enlace, Siendo el verdor con que abrace El peso con que derriba. No asÍ con verdes abrazos Me hagas pensar en quien amas, 25 Vid; que dudarÉ en tus lazos, Si asÍ abrazan unas ramas, CÓmo enraman unos brazos. Y si no es la vid, serÁ Aquel girasol, que estÁ 30 Viendo cara Á cara al sol, 183 Tras cuyo hermoso arrebol Siempre moviÉndose va. No sigas, no, tus enojos, Flor, con marchitos despojos, Que pensarÁn mis congojas, 5 Si asÍ lloran unas hojas, CÓmo lloran unos ojos. Cesa, amante ruiseÑor, DesÚnete, vid frondosa, PÁrate, inconstante flor, 10 Ó decid, ¿quÉ venenosa Fuerza usÁis? (Coro) Fuerza usÁis? Amor, amor. EL ALCALDE DE ZALAMEA (CONSEJO DE CRESPO Á SU HIJO)Despedida de la cuerda, De tal suerte le embistiÓ; DetrÁs de la oreja izquierda La aguda lanza le hiriÓ. Brama la fiera burlada; 30 Segunda vez acomete, De espuma y sudor baÑada; Y segunda vez le mete Sutil la punta acerada. 204 Pero ya Rodrigo espera Con heroico atrevimiento, El pueblo mudo y atento; Se engalla el toro y altera, Y finge acometimiento. 5 La arena escarba ofendido, Sobre la espalda la arroja Con el hueso retorcido; El suelo huele y le moja En ardiente resoplido. 10 La cola inquieto menea, La diestra oreja mosquea, Vase retirando atrÁs, Para que la fuerza sea Mayor, y el Ímpetu mÁs. 15 El que en esta ocasiÓn viera De Zaida el rostro alterado Claramente conociera CuÁnto le cuesta cuidado El que tanto riesgo espera. 20 MÁs ay! que le embiste horrendo El animal espantoso. JamÁs peÑasco tremendo Del CÁucaso cavernoso Se desgaja, estrago haciendo, 25 Ni llama asÍ fulminante, Cruza en negra oscuridad, Con relÁmpagos delante, Al estrÉpito tonante De sonora tempestad, 30 Como el bruto se abalanza En terrible ligereza; Mas rota con gran pujanza 205 La alta nuca, la fiereza Y el Último aliento lanza. La confusa vocerÍa Que en tal instante se oyÓ FuÉ tanta, que parecÍa 5 Que honda mina reventÓ, Ó el monte y valle se hundÍa. A caballo como estaba, Rodrigo el lazo alcanzÓ Con que el toro se adornaba: 10 En su lanza le clavÓ Y Á los balcones llegaba. Y alzÁndose en los estribos, Le alarga Á Zaida, diciendo: «Sultana, aunque bien entiendo 15 Ser favores excesivos, Mi corto don admitiendo, «Si no os dignÁredes ser Con Él benigna, advertid Que Á mÍ me basta saber 20 Que no le debo ofrecer A otra persona en Madrid.» Ella, el rostro placentero, Dijo, y turbada: «seÑor, Yo le admito y le venero, 25 Por conservar el favor De tan gentil caballero.» Y besando el rico don, Para agradar al doncel Le prende con aficiÓn 30 Al lado del corazÓn, Por brinquiÑo y por joyel. Pero Aliatar el caudillo De envidia ardiendo se ve: 206 Y trÉmulo y amarillo, Sobre un tremecÉn rosillo LozaneÁndose fuÉ. Y en ronca voz, «Castellano,»— Le dice,—«con mÁs decoros 5 Suelo yo dar de mi mano, Si no penachos de toros, Las cabezas de Cristiano. «Y si vinieras de guerra Cual vienes de fiesta y gala, 10 Vieras que en toda la tierra, Al valor que dentro encierra Madrid, ninguno se iguala.» «AsÍ,»—dijo el de Bivar,— «Respondo,» y la lanza en ristre 15 Pone, y espera Á Aliatar; Mas sin que nadie administre Orden, tocaron Á armar. Y fiero bando con gritos Su muerte Ó prisiÓn pedÍa, 20 Cuando se oyÓ en los distritos Del monte de Leganitos Del Cid la trompeterÍa. Entre la Moncloa y Soto Tercio escogido emboscÓ, 25 Que viendo cÓmo tardÓ, Se acercÓ, oyÓ el alboroto, Y al muro se abalanzÓ. Y si no vieran salir Por la puerta Á su seÑor 30 Y Zaida Á le despedir, Iban la fuerza Á embestir: Tal era ya su furor. El alcaide, recelando 207 Que en Madrid tenga partido, Se templÓ, disimulando; Y por el parque florido SaliÓ con Él razonando. Y es fama, que Á la bajada 5 JurÓ por la cruz el Cid De su vencedora espada, De no quitar la celada Hasta que gane Á Madrid. JosÉ de Cadalso(1741–1782) SOBRE SER LA POESÍA UN ESTUDIO FRÍVOLOLlegÓse Á mÍ con el semblante adusto, 10 Con estirada ceja y cuello erguido (Capaz de dar un peligroso susto Al tierno pecho del rapaz Cupido), Un animal de los que llaman sabios, Y de este modo abriÓ sus secos labios: 15 «No cantes mÁs de amor. Desde este dÍa Has de olvidar hasta su necio nombre; AplÍcate Á la gran filosofÍa; Sea tu libro el corazÓn del hombre.» FuÉse, dejando mi alma sorprendida 20 De la llegada, arenga y despedida. AdiÓs, Filis, adiÓs! No mÁs amores, No mÁs requiebros, gustos y dulzuras, No mÁs decirte halagos, darte flores, No mÁs mezclar los celos con ternuras, 25 No mÁs cantar por monte, selva Ó prado Tu dulce nombre al eco enamorado; 208 No mÁs llevarte flores escogidas, Ni de mis palomitas los hijuelos, Ni leche de mis vacas mÁs queridas, Ni pedirte ni darte ya mÁs celos, Ni mÁs jurarte mi constancia pura, 5 Por Venus, por mi fe, por tu hermosura. No mÁs pedirte que tu blanca diestra En mi sombrero ponga el fino lazo, Que en sus colores tu firmeza muestra, Que allÍ le colocÓ tu airoso brazo; 10 No mÁs entre los dos un albedrÍo; Tuyo mi corazÓn, el tuyo mÍo. FilÓsofo he de ser, y tÚ, que oÍste Mis versos amorosos algÚn dÍa, Oye sentencias con estilo triste 15 Ó lÚgubres acentos, Filis mÍa, Y di si aquel que requebrarte sabe, Sabe tambiÉn hablar en tono grave. Gaspar Melchor de Jovellanos(1744–1811) CANTO GUERRERO (PARA LOS ASTURIANOS)A las armas, valientes Astures, EmpuÑadlas con nuevo vigor; 20 Que
s de enojo ciego. 20(Cumple el autor la palabra que diÓ de escribir un soneto Á los ojos de Laura.) ¿Un soneto Á tus ojos, Laura mÍa? 25 ¿No hay mÁs que hacer sonetos, y Á tus ojos? —SerÁn los versos duros, serÁn flojos; Pero Á Laura mi afecto los envÍa. ¿Con que, ha de ser soneto? Hay tal porfÍa! 228 —Ta! que por estos sÚbitos arrojos Se ven tantos poetas en sonrojos, Que lo quiero dejar para otro dÍa. —Respondes, Laura, que no importa un pito Que no sea el soneto muy discreto, 5 Como hable de tus ojos infinito. —¿SÍ?—Pues luego escribirle te prometo, AllÁ voy... ¿Para quÉ, si ya estÁ escrito, Laura mÍa, Á tus ojos el soneto? Leandro FernÁndez de MoratÍn(1760–1828) ODA: LOS DÍASNo es completa desgracia, 10 Que por ser hoy mis dÍas, He de verme sitiado De incÓmodas visitas! Cierra la puerta, mozo, Que sube la vecina, 15 Su cuÑada y sus yernos Por la escalera arriba. Pero quÉ!... No la cierres; Si es menester abrirla; Si ya vienen chillando 20 DoÑa Tecla y sus hijas. El coche que ha parado, SegÚn lo que rechina, Es el de don Venancio, Famoso petardista! 25 Oh! ya estÁ aquÍ don Lucas Haciendo cortesÍas, 229 Y don Mauro el abate, Opositor Á mitras, Don Genaro, don Zoilo, Y doÑa Basilisa; Con una lechigada 5 De niÑos y de niÑas. QuÉ necios cumplimientos! QuÉ frases repetidas! Al monte de Torozos Me fuera por no oirlas. 10 Ya todos se preparan (Y no bastan las sillas) A engullirme bizcochos, Y dulces y bebidas. . . . . . . . . . . Demonios! Yo que paso 15 La solitaria vida, En virginal ayuno Abstinente eremita; Yo, que del matrimonio RenunciÉ las delicias, 20 Por no verme comido De tales sabandijas, ¿He de sufrir ahora Esta algazara y trisca? Vamos, que mi paciencia 25 No ha de ser infinita. VÁyanse enhoramala; Salgan todos aprisa, Recojan abanicos, Sombreros y basquiÑas. 30 Gracias por el obsequio Y la cordial visita, 230 Gracias; pero no vuelvan JamÁs Á repetirla. Y pues ya merendaron, Que es Á lo que venÍan, Si quieren baile, vayan 5 Al soto de la Villa. Manuel MarÍa de Arjona(1771–1820) ESPAÑA RESTAURADA EN CÁDIZ(Oda dedicada Á la memoria de Juan de Padilla) Sal del sepulcro, deja tu mancilla, RevÍstete de luz y de grandeza, O sombra glorÏosa de Padilla, Que grata EspaÑa Á venerar empieza, 10 La EspaÑa, que Á un patÍbulo afrentoso (Gime, oh patria!) la vida viÓ entregada Del ciudadano fiero y generoso Por quien Castilla fuera reengendrada. Vuela al cadalso el Águila insolente, 15 De su triunfo ufanÁndose inhumano, Y la corona arranca de la frente Del hÉroe mÁs ilustre castellano. MuriÓ tu libertad, oh patria mÍa; La Austria altiva te ciÑe las cadenas; 20 Vengad, cielos, vengad su tiranÍa; Oh vencedor, tÚ Á muerte te condenas. Tiembla, tirano; Á tu pesar, del cielo Baja al suplicio la virtud llorosa, Y al hÉroe moribundo rasga el velo 25 En que se encubre edad mÁs venturosa. 231 «Muere, le dice, con heroico aliento; Tu sangre serÁ el fuego que algÚn dÍa Llegando EspaÑa hasta el postrer momento, La vuelva Á su primera valentÍa. «¿No ves dÓ quiebra la ira poderosa 5 El AtlÁntico mar, una luz grata Que crece poco Á poco, y victoriosa Por los dos hemisferios se dilata? «Ya las columnas de HÉrcules altares Son de la libertad; allÍ la EspaÑa 10 Une, Á pesar de los inmensos mares, Sus hijos, que gozosa en llanto baÑa; «Y Á su seno estrechÁndolos piadosa, Sus manos lleva Á la sagrada pira, Que Á la de Mucio emula, y orgullosa 15 Odio eterno Á tiranos les inspira. «¿JurÁis, les dice, libres y atrevidos Lavar la mancha que imprimiÓ en mi frente La austriaca tiranÍa, y sometidos Nunca veros Á dÉspota insolente? 20 «¿JurÁis que Á ese tirano, cuyo imperio Medrosos reinos con infamia humilla, No sufrirÉis que en torpe cautiverio Incline vuestra madre la rodilla? «—Juramos,» claman: agitado el viento 25 Lleva en vuelo los gritos hasta el Sena; Y del libre EspaÑol el noble intento Del esclavo francÉs es mengua y pena.» AsÍ gozoso el inmortal Padilla MirÓ las glorias de su patria amada, 30 Al tiempo que la bÁrbara cuchilla Sobre su cuello descendiera airada. Mas de su espada, que aun gloriosa vive, Ármate, EspaÑa, y al tirano aterra; 232 Y en tu naciente libertad recibe Nuevo valor para tu honrosa guerra. AsÍ Roma triunfÓ cuando su asiento El JanÍculo daba al Rey de Etruria; AsÍ cuando del galo fraudulento 5 Quiso con oro redimir la injuria. Dada la gloria que Á Camilo sea A ti ley sacrosanta, por ti EspaÑa No otro laurel ni triunfo ya desea Que eternizar en paz tan alta hazaÑa. 10 IV 235 |